Hola a todos! En muchas ocasiones he tenido la oportunidad de leer buenos temas referentes a la elaboración de pastillas de abono para nuestros acuarios plantados, aunque siempre me he visto afectado por el gran problema de no poder obtener los químicos para hacer las mezclas.
Es por eso que me puse a investigar un poco sobre la composición de cosas que podemos encontrar de manera cotidiana, y aprovechar también uno que otro recurso del que dispongo de manera más particular (lo expondré más adelante). xP
En fin, se trata de un experimento ya que ahora me valdré de cosas más fáciles de adquirir y que de manera teórica son de gran beneficio para todos los seres vivos:
En primer lugar, como base para las pastillas, no puede hacer falta el barro; el barro es una mezcla de detritos, material de granulometría muy fina, y por supuesto de una gran cantidad de elementos químicos. según una de las fuentes que investigué, definen de manera sencilla pero completa a los barros y arcillas como:
"Las arcillas son cualquier sedimento o depósito mineral que es plástico cuando se humedece y que consiste de un material granuloso muy fino, formado por partículas muy pequeñas cuyo tamaño es inferior a 4 micras, y que se componen principalmente de silicatos de aluminio hidratados"
Recordando viejas clases de biología de la preparatoria, donde se hacía mención en mis libros sobre las granulometrías y sus nombres, llegando a las más finas que se definen talcos; el concepto de plasticidad es esa propiedad que tiene la arcilla de ser moldeable gracias a la adición de agua, y claro depende de la naturaleza y composición del barro, ya que existen diversas clases.
En estas fuentes de información se aborda a los barros y arcillas dentro del punto de vista artesanal o industrial, pero a pesar de que no se les da ese enfoque para su uso en los seres vivos como en nuestro caso, los acuarios, la información es muy útil para darnos cuenta con qué estamos trabajando; me resulta un poco difícil omitir la información que nos viene un poco de más pero trataré de ser concreto.
A continuación los tipos de arcillas (barros):
Figulina: la que cuenta con impurezas como arena, caliza y óxidos de hierro.
Refractaria: rica en óxidos de metálicos y muy resistente al calor.
Roja: que comentan es de origen marino, cubriendo el 60% de dicho lecho; compuesta en su mayor parte por restos calcáreos y ferrígenos, así como restos de seres vivos.
Ferruginosa: esta se compone de distintos tipos de óxido de hierro y es el responsable de su coloración, que va desde el amarillo, el ocre y el color negro; en este caso, son las arcillas que más interesantes pueden ser para el uso en nuestros acuarios, por la mayor cantidad de hierro que contienen, sin contar con concentraciones altas de compuestos calcáreos (se tocará un poco mas adelante).
Magra y de grasa: con cierto grado de impurezas, lo que las torna menos plásticas.
De batán: se utilizaba para procesos de limpieza y captación de grasas, como en el procesamiento de fibras vegetales tales como el algodón.
Marga: impermeable y frágil, con un alto contenido de caliza que oscila del 20 al 60%.
Atapulgita: de la cual se mencionan sólo sinónimos y nada respecto a su composición.
Bentonita: que si se trata puede ser altamente impermeable pero aún lipófila.
Realmente es un poco difícil poder decir si el barro que encontramos es de tal o cual tipo, ya que para poderlo clasificar deberíamos analizar las láminas de éste al microscopio electrónico; pero si podemos guiarnos al humedecerla y analizar sus propiedades físicas iniciando por el color y el olor para darnos una idea de ante cuál tipo nos encontramos; es importante recalcar que dependiendo de dónde las encontremos estas arcillas pueden estar saturadas de otros compuestos y esto puede jugar a nuestro favor o en contra (dígase de lugares expuestos a químicos o pesticidas, o por el contrario cerca de yacimientos de minerales favorables a nuestras plantas). En el caso de los que cuentan con tests, una de las fuentes comenta que las arcillas alcalinas suelen tener mayores cargas de compuestos basados en calcio y las ácidas en el aluminio; los extremos en ambos casos no son lo ideal para la nutrición e incluso salud de nuestras plantas, pero en este caso estamos tratando de hacerlo lo más "low tech" posible...
Continuando con más propiedades, las arcillas o barros tienen esa capacidad de retener moléculas de agua entre sus láminas y teniendo una porosidad adecuada con carga negativa son viables para retener e incluso absorber sustancias y químicos, tales como el potasio, el magnesio, el amonio, y los óxidos, sin olvidar que se componen primordialmente de aluminio y silicio (formando silicatos que son la estructura básica de los barros), los cuales son accesibles a las plantas. Aquí cabe resaltar que las arcillas suelen ser ácidas y si basamos nuestros sustratos en barro podemos ocasionar daños graves a las raíces de las plantas ya que en algunas ocasiones suelen deshacerse de sus cargas ácidas al saturarse rápidamente.
Aquí contamos con la ventaja primordial de que usaremos el barro a manera de abono, y no como base de un sustrato por lo cual la exposición de las raíces a esta mezcla es controlada; y aunque no lo parezca por su fina granulometría, el barro es capaz de permitir el paso de raíces a través de sus placas.
A sabiendas de todo lo anterior, nos damos cuenta que los barros, tan comunes y corrientes (más comunes que corrientes) son ingredientes no meramente infraestructurales en la confección de nuestras pastillas caseras, si no que son básicamente la columna vertebral en cuanto a la composición de un abono completo; en esta tabla que tomo de otra fuente se muestra una semblanza general de la composición química de los barros en general, teniendo en cuenta que sabemos que dependiendo del tipo, la región e incluso las características del terreno de donde tomemos el barro pueden variar de manera importante:
(esta tabla compara la composición química del barro vs la de la corteza terrestre, aunque depende también de qué sustrato estén analizando. De igual forma nos ayuda a ver de una manera más puntual los contenidos de cada compuesto, recalcando que son biodisponibles para nuestras plantas)
Ahora si, ya sabemos que el barro por sí mismo es una gran y maravillosa herramienta para alimentar a nuestras plantas si se usa de la manera adecuada.