Nos embarcamos en una pequeña lancha con otros 2 compañeros de viaje y 3 tripulantes, incluyendo al M.C. Oscar Guzon quien nos iba explicando cada paso, nos comentó que este viaje estaba siendo parte de una investigación científica en curso, lo cual nos emocionó, es muy excitante tocar, aunque sea sólo por encimita, a la ciencia. Nos compartió que este era parte del trabajo de doctorádo que estaba realizando y que el objetivo principal era hacer una base de datos con todas las ballenas que se pudieran avistar en las cercanías de Mazatlán, nos aclaró que lugares como Puerto Vallarta o Los Cabos ya contaban con algo parecido pero que en Mazatlán no lo había, de esta manera comparando las fotografías de las colas, que es de esta manera como se identifica a las ballenas ya que son como su huella dactilar, podrían determinar los movimientos que tienen los cetaceos a lo largo de las costas mexicanas, esto ayudaría adeterminar con mayor presición datos como:
Lugares de nacimiento de las crías
Tiempo que permanecen en aguas cálidas una vez nacidos los ballenatos
Rutas por donde suelen viajar las madres y sus crías.
Posibles zonas de peligro para las crías
Todo esto para ayudar a la conservación de estos hermosos mamíferos, nos comentó también que ya se ha recuperado el número de ejemplares gracias a la veda de caza que existe.
Aquí podemos ver como los tripulantes bajan un micrófono acuático o hidrófono, para poder escuchar cuando un macho está "cantando" y que únicamente son los machos los que cantan y que pueden pasar hasta 40 minutos bajo el agua emitiendo una determinada canción.
Las ballenas al subir a la superficie dejan una especie de "huella" que permanece visible por bastante tiempo, siguiendo estas huellas finalmente y después de pensar que no tendríamos suerte, pudimos ver a nuestro primer ejemplar, un macho jóven sólo que en un principio de asustó bastante por el acercamiento de la embarcación, cosa que con el tiempo terminó por acostumbrarse y nos permitió acercarnos un poco más.
Conforme pasaba el tiempo ibamos aprendiendo que la ballena pasaba periodos bajo el agua de entre 8 y 14 minutos, que podía esquivarnos y que si lográbamos tomar la parte baja de la cola ese especímen se catalogaba, todo los avistamientos eran registrados con su hora, su posición global, el tipo de individuo y si se podía con su fotografía.